Colisiones ElásticasEn el juego del ping-pong, suponga que la raqueta se mueve a 20 millas por hora y golpea la pelota con una velocidad de 20 mph en la dirección opuesta. ¿Con qué velocidad rebotará la bola?(Si prefiere usar unidades métricas sustituya 20 mph por 10 m/s.).
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El tipo de problema general de la pelota y la raqueta moviéndose con un ángulo determinado, requiere el uso de vectores. Pero las colisiones frontales son más sencillas, las velocidades se pueden ver como positivas en una dirección y negativas en la opuesta. Luego podemos imaginar una pelota viajando a -20 mph al encuentro de la raqueta que se mueve a +20 mph (ver la figura superior; el rebote está dibujado en un ángulo, aunque realmente es en la dirección opuesta). ¿Que pasa a continuación? En cualquier problema que implica fuerzas, sumarle la misma velocidad a todos los movimientos, no cambia la física. Dentro de un avión moviéndose a 600 mph, los objetos que caen lo hacen en línea recta, al igual de como lo hacen dentro de una casa. Naturalmente, la razón es que sumar 600 mph a todos los movimientos no cambia las aceleraciones (cambios en la velocidad), ya que como indican las leyes de Newton, solo se tienen en cuenta las aceleraciones. Por lo tanto se puede sumar -20 mph a todas las velocidades. Ahora la velocidad de la raqueta es cero, lo que significa que nos estamos moviendo con ella o "estamos en su marco de referencia", a su vez la pelota se está moviendo a (-20) - 20 = -40 mph (dibujo del medio). En este nuevo problema, una pelota moviéndose a -40 mph golpea una superficie estática; si la colisión es elástica (sin pérdida de energía), la pelota retorna con la misma velocidad pero en la dirección opuesta o sea, su velocidad invierte su signo. Por consiguiente, su velocidad de rebote es +40 mph. Finalmente retornamos al mundo real, sumando +20 mph a todas las velocidades.
La raqueta tiene ahora de nuevo 0 + (20) = 20 mph, su velocidad primitiva,
mientras que la pelota tiene 40 + 20 = 60 mph. Al colisionar con la raqueta
la velocidad v de la pelota se ha incrementado dos veces y como
la energía cinética es con v2, el triplicar la
velocidad de 20 a 60 mph significa que la energía ¡se ha incrementado
por 9!. La energía extra ha sido suministrada por la raqueta y por
la mano que la sostiene.
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Este tipo de maniobras es usado a menudo por las sondas interplanetarias. También se han usado encuentros con la Luna para enviar vehículos a los puntos Lagrangianos L1 y L2, para modificar misiones (como con la Geotail) y el 22 de diciembre de 1983 para enviar el ISEE-3 hacia el cometa Giacobini-Zinner (la figura superior describe su órbita, que incluye múltiples encuentros con la Luna en dichas fechas). Hasta se han usado encuentros con la Tierra para lo mismo, por la sonda Galileo que orbita ahora a Júpiter: la sonda primero fue a Venus, luego retornó para ser impulsada por la Tierra. Todo esto se parece a un juego de billar cósmico, excepto que el satélite transporta su pequeño cohete, para corregir su curso cuando lo necesita y así hace posible disparos complejos. La primera vez que se usó esta maniobra fue por el Mariner 10, lanzado en 1973 hacia Venus, que usó la gravedad del planeta para prolongar su órbita hacia el planeta Mercurio. La sonda Ulysses usó un encuentro con Júpiter a fin de volar fuera de la elíptica, en una órbita que pasando sobre ambos polos del Sol. Y la "sonda solar," de la NASA proyectada para ir hasta menos de los 4 radios solares del centro del Sol, igualmente puede usar una trayectoria "horquilla" alrededor de Júpiter. Existe una semejanza entre las maniobras de balanceo planetario y la operativa de la turbina de agua Pelton. Más sobre esto en la sección #35a, El Balanceo Planetario y la Turbina Pelton. Hacia las Estrellas |
Los encuentros con los planetas tiene otro uso: el efecto del empuje de cualquier cohete aplicado en el punto más cercano de la aproximación se ve grandemente amplificado. Una misión "Perfil" propuesta hacia la magnetosfera de la Tierra necesita una docena de pequeños satélites colocados inicialmente abordo de una "nave nodriza" en una larga órbita elíptica. A cada aproximación ("perigeo") se lanzará un satélite, a no mayor velocidad que la de un corredor en una carrera pedestre, sin embargo su empuje es suficiente, con el próximo acercamiento, para hacerlo retrasarse una hora. Entonces se lanza el siguiente satélite y así sucesivamente, una cada aproximación. al final todos los satélites estarán enfilados separados por una hora en la nueva órbita (dibujada a la derecha), que difiere ligeramente de la nave nodriza. Lo ha conseguido un empuje suave, pero dado en el lugar adecuado. |
Algún día en el futuro lejano, la humanidad querrá,
probablemente, enviar exploradores robotizados hacia las distantes estrellas,
viajes que necesitarán varios miles de años. Hace mucho tiempo,
se propuso que un buen camino para alcanzar la velocidad requerida podría
ser en primer lugar pasar cerca del Sol y en el punto más cercano
encender un cohete. Hasta un modesto incremento de la velocidad cerca del
Sol se convierte en un gran aumento en la velocidad final.
Desgraciadamente, esto requiere acercarse más al Sol y la sonda espacial puede fundirse. Un comienzo más razonable de una misión hacia una estrella, puede ser desde un cometa, ya que las trayectorias de los cometas se extienden hasta el borde del sistema solar y el hielo encontrado en ellos puede proveer del oxígeno e hidrógeno usados como combustible por los motores del cohete. De esta manera, pueden alcanzarse las estrellas más cercanas a la Tierra. Para alcanzar partes más distantes de la galaxia, no obstante, requerirá aproximaciones como la propuesta con el Sol. Existen estrellas enanas tan compactas como la Tierra y tan masivas como el Sol y tal vez, se pueden localizar las que están apagadas, oscuras y frías. De ser así, podrán ser un destino perfecto para tal maniobra. Todo esto es, por ahora, pura fantasía: pero la humanidad tiene el tiempo, su aventura hacia el espacio acaba de comenzar. |
"The Starflight Handbook" (subtítulo: "A Pioneer's Guide to Interstellar Travel"), de Eugene F. Mallove y Gregory L. Matloff, John Wiley & Sons, 1989.
El "Voyager 2" está actualmente en su camino fuera del sistema solar. Para el caso de que algún día, en un distante futuro, una civilización extraterrestre lo encuentre, se le envió con un mensaje. Vea aquí los detalles
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Author and Curator: Dr. David P. Stern
Last updated 13 December 2001
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